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¡ Cambiar es posible ! El ser no es estático

Soy Laura Valli, Licenciada en Psicología y Coach Ontológico, certificada por Newfield Network.

El Coaching Ontológico es un proceso a través del cual, tendremos accedo a abrir una puerta a nuevas miradas. Se trata de un acompañamiento a la persona -o a un grupo- que transita un camino de descubrimiento y redescubrimiento. Al mirarse y mirar hacia afuera, ahora, desde un nuevo Observador dando lugar así, a un sinnúmero de posibilidades que antes, desde el viejo Observador, no estaban allí disponibles.

Con mi lenguaje -nuestra manera única y personal de decodificar la realidad, entenderla y, desde allí, de relacionarnos con el otro- creo mi mundo y al mundo que me rodea. Mi mundo no será el mismo si para describirlo lo hago de una manera, que si lo hago de otra. No es lo mismo decir una cosa que otra para describir a una misma realidad. 

» No es lo mismo decir una cosa que otra para describir a una misma realidad «. 

En cualquier organización (familiar, empresarial, educativa, etc), los seres humanos suman sus esfuerzos y sus competencias en la conquista de objetivos comunes. Pero esta conquista será posible, en virtud de la forma que tengan los mismos, de relacionarse unos con otros.

Desde esta práctica asertiva, sostenemos que es posible ampliar las posibilidades de acción y, por ende, el logro de los objetivos de una persona o grupo, al intervenir en los procesos y colaborar en la toma de conciencia procurando modificar la comunicación y haciendo de ella una herramienta de efectividad.

La toma de conciencia de las conversaciones que tienen las personas consigo mismas y con los demás y, de lo que estas generan, es una puerta hacia un proceso de transformación personal que redundará, inexorablemente, en efectividad y bienestar. La palabra tiene poder. La palabra crea realidades. 

¨Trata al ser humano como lo es y seguirá siendo lo que es, 

pero trátalo como lo que puede llegar a ser y será lo que está llamado a ser¨

Goethe 

La intención importa.

Todos afectamos a la realidad. 

La forma en que observamos el mundo que nos rodea, es lo que se vuelve hacia nosotros. Por ejemplo, si mi vida no es dichosa, plena o feliz, si en mi organización no reina la paz o cuesta mucho alcanzar los objetivos propuestos; es porque mi enfoque tampoco es nada de todo eso que estoy esperando que suceda. Así, si somos víctimas, deberíamos preguntarnos: ¿tengo mentalidad de víctima? 

Y cuando me refiero a ¨Víctima¨, estoy pensando en alguien que se siente determinado por su entorno. 

Muy poca gente se atreve a emprender el viaje de transformación personal que lo llevará al auto liderazgo (objetivo culmine de un proceso de coaching ontológico), porque resulta muy inquietante. Para ello, debemos atrevernos a romper los esquemas en los que nos hemos basado, la mayor parte de nuestras vidas, y liderarnos (aprendiendo los primeros pasos) ante un periodo de delicado confort o, inclusive, de desconcierto y caos. Sería un período previo, de incertidumbre y cierta incomodidad, hasta alcanzar el verdadero estado de confort, propio de convertirnos en dueños de nuestro propio ser, entendiendo que lo que me pasa, sólo depende de mí. 

En cuestión del cerebro, si cambiamos nuestro observador, estaremos en un terreno totalmente nuevo, porque estaremos creando nuevas conexiones. Conectándolo a un concepto nuevo. Y eso, representa el verdadero cambio, cuando el mismo sucede desde adentro hacia afuera. Porque entonces ocurrirá que, si cambias tu mente, tomarás otras decisiones y si tomas otras decisiones, estarás transformando tu vida y, por ende, también la de los demás. 

¿Por qué cuesta cambiar? 

No soy capaz de soportar una abstinencia química. La abstinencia a la química de nuestro cerebro, producida por la repetición de las mismas sensaciones y emociones. Cada emoción se corresponde con una química determinada y nos volvemos adictos a ella. Por eso, un proceso de transformación personal implica, entre otras cosas, soportar la abstinencia. 

La mente está estructura en capas, así como también lo está el universo. De lo superficial a lo profundo. Si utilizamos la mente a un nivel muy superficial tendremos un poder muy limitado, pero en el nivel más profundo de la consciencia, ella crea universos. 

Entonces, todo aquello que no logramos es porque no nos creemos capaces de hacerlo. Las definiciones personales, nos definen. Es como si sólo tuviéramos tiempo para ocuparnos de nuestras necesidades adictivas emocionales, de satisfacer nuestra química cerebral alimentándola con más de lo mismo y quejándonos de que nada cambia. 

Todos creamos nuestras propias realidades y lo hacemos porque somos El Observador. Nuestra forma de observar tiene un efecto directo no sólo en mí, sino también en el mundo. Si la gente pudiera comprender esto, se pondría a practicar la habilidad de la observación. Si el mundo subatómico, reacciona cuando lo observamos. Imaginemos lo que nos pasa a nosotros mismos según como nos veamos. 

Quizá somos tan adictos al mundo externo, al estímulo y lo que esto produce en mi cerebro que éste funciona más partir de la reacción, en vez, de a partir de la creación. Pero, si uno hiciera el esfuerzo de diseñar una nueva vida y convertir a ese objetivo en lo más importante y le dedicara tiempo, al igual que un jardinero a una semilla, producirá su fruto. 

¡Tu intención provoca que la cosa se materialice!

¡ Gracias por llegar hasta acá y leerme !

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